Hace unos días y vía mashable, me enteré de que una de las grandes voces (desde el plano psicológico) en este tema "tan bizarro y farragoso", de cómo nos afectan las tecnologías derivadas de la red a nuestras conductas y a la evolución de nuestro comportamiento, había participado en el ciclo de charlas inaugural de TED 2012.
En concreto estoy hablando de Sherry Turkle. Profesora del elitista progama de doctorado de HASTS (History, Anthropology, Science, Technology & Society) e investigadora del MIT, con una reputación más que contrastada en lo que se denomina "Technology & Self". Con el título de "Places we don´t want to go", Sherry Turkle hizo una exposición más que esclarescedora de cómo cada vez más la tecnología intermedia en nuestros sentimientos y comunicaciones. Algo que todos asumimos, pero que pocos son capaces de evaluar en su justa medida.
En concreto recalcó la problemática que surge para crear espacios donde los adolescentes y niños puedan aprender a vivir con su soledad y la perciban como un valor para el crecimiento de su personalidad (algo que muchas veces está en la raiz del fracaso escolar) y les ayude en su aprendizaje a lo largo de la vida. Y por otro lado hizo hincapié en la adicción que provocan tabletas y smartphones debido a las numerosas posibilidades de conexión que brindan a sus usuarios y el gran abanico de posibilidades de diversión, ocio, comunicación y aplicaciones que ofrecen.
Un libro que surgió a raíz de un artículo publicado en The Atlantic, titulado "Is Google making us stupid?" y que trajo mucha polémica. En este artículo recababa los problemas de atención en texto plano (lectura de libros) que pueden derivarse del uso excesivo de la web (ya que el texto que se utiliza en la web es el hipertexto, hiperconectado y multienlazado). Carr en este libro utiliza una perspectiva determinista para referirse a Internet, en la línea de autores como Jacques Ellul, Lewis Mumford o el famoso "Sonambulismo Tecnológico" de Langdon Winner, pero que se resume en una frase que hay en su libro y que es bastante gráfica del papel que juega la tecnología en nuestras vidas: "The prize we pay to assume technology´s power is alienation"
Lo cierto es que los cambios que están sucediendo en estos últimos tiempos están siendo cada vez más acelerados y vertiginosos, pero seguramente no se está prestando atención a uno de los cambios más grandes que se ha producido en la historia de la humanidad: la tecnificación de nuestro lenguaje. Y esto es precisamente porque "no lo percibimos como tecnología", como argumenta Kevin Kelley. El lenguaje fué uno de los elementos clave que hizo que "bajaramos del árbol", está imbricado en nuestra cultura y es algo que nos permite desarrollar nuestro cerebro y aprender de otros y de nosotros mismos.
La gramática, la escritura, la imprenta, la codificación y ahora, la popularización del texto digital (el hipertexto o el HTML), no son más que constructos que creamos "para tecnificar" un proceso evolutivo en el ser humano. Y ese proceso es el que ahora nos está modelando, ya que la tecnología que hay en él, tiene o prima otros valores como la ubicuidad, los enlaces o el acceso a la información, en vez de la reflexión profunda el espíritu crítico y lo que se conoce como "deep thinking".
Por eso, es necesario conversar con otros y con uno mismo, para realmente conocernos y desarrollarnos como individuo que pertenece a una cultura y a una comunidad. El método socrático sigue estando muy vivo y sigue siendo muy necesario. Hoy ha evolucionado y sigue estando vivo en otras formas, pero iniciativas como Team Academy, mediante el coaching grupal, recuperan esa tradición socrática, creando espacios de dialogo con otros y con uno mismo provocando un cambio en las personas que dote a las personas de las habilidades necesarias para afrontar con garantías los retos que quieren acometer.
Ese es el miedo que tiene Sherry Turkle y al que se refiere como a esos lugares a donde no queremos ir. La alienación o deshumanización que producen ciertas tecnologías, nos hace olvidar nuestra verdadera esencia y nos alejan de nuestro verdadero dominio, además de desempoderarnos en cierto sentido. Esta claro que nosotros creamos una "naturaleza extraña", para alejarnos de la verdadera naturaleza que es inhóspita y agresiva con el ser humano, pero las nuevas tecnologías penetran en el ámbito del conocimiento, la cultura, la comunicación y el lenguaje, y esto supone un gran cambio como especie.
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