Era mi primer concierto en la sala Rock Star de Barakaldo y creo que pagué la novatada.Quien haya estado antes, supongo que sabrá de lo que hablo y es que la acústica precisamente no es lo suyo.
La sala es bastante amplia y creo que esta muy bien acondicionada, pero el volumen excesivamente alto de la música y la falta de una sonoridad adecuada al espacio, convirtieron el concierto en un querer y no poder. Al concierto acudí con mis antiguos compis de "Edema", la banda en la que toqué hace ya tiempo, y a los cuales les encanta Machine Head.
Llegamos tarde y entramos tarde al concierto y sólo pudimos ver dos grupos (si, estas cosas suelen pasar más de lo habitual aunque no os lo creáis), así que nos perdimos a Devildriver (que parece que tengo la negra, siempre que voy a verlos) y Darkest Hour.
Entramos ya a la sala con Bring Me The Horizon ya casi preparados para empezar. Empezaron fuerte, con su frontman agitando a las masas, pero el sonido estridente de unas guitarras demasiado altas, me hizo tener un mal augurio para la noche. Estuvieron bastante animados, pero lejos de conseguir un buen sonido. Pensábamos que serían cosas de teloneros, pero cuando Machine Head entró al escenario, se encontró con el mismo problema.
Intentaron darlo todo (de hecho llegaron casi a las dos horas de concierto), pero la verdad es que la sala se les quedaba pequeña para este tipo de música. Repasaron la mayoría de los temas de su último disco y dieron vida a sus clásicos, como "Imperium", "The Blood, The Sweat, The Tears" o "Bulldozer".
El bis, estuvo formado por dos de sus mejores temas como "Halo" y "Davidian", pero aunque en todo momento estuvieron dándolo todo, la sensación final es de amargor, por no poder verles en todo su esplendor, con un sonido que no les hizo justicia para nada.
Otra cosa mala fue el incidente que tuvo uno de mis amigos con un camarero y camarera de la sala, al negarse a dar la vuelta de un billete de 50€, porque "pensaba que era un billete de 20€" y "ya se ve que no llevas dos cervezas de más", aunque varia gente de al lado vio como le daba 50€. Lo peor fueron las formas del susodicho camareta, con poses "poligoneras" y ademanes muy barriobajeros (pensará que el bar es suyo o algo así). Al final Pablo pudo hablar con el encargado y éste si que atendió a razones y le devolvió los 30 €.
Moraleja: no intentes razonar con un camarero que lleva el abrechapas en el antebrazo.
Os dejo las fotos como siempre en mi Flickr.
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