Tras un clima de inestabilidad política en la capital campurriana, que se resolvió, creo, de la manera más igualitaria posible (resparto de poder ante el vacío experimentado), la verdad es que el futuro de las fiestas se presentaba un poco incierto.
Pero bueno, creo que al final la sangre no llegó al río, y aunque hay cierta polémica con las casetas de los bares, que debían de haber pertenecido a las peñas (o eso se comenta al menos), creo que la fórmula de la carpa, más casetas, ha dado buenos resultados.
Aquí van a algunas fotos de las tragedias del primer fin de semana!
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