Esta mañana y cómo ya va siendo costumbre, volví a hablar de productividad 2.0 y delsistema GTD en la iniciativa #Pilulak de TECNALIA.
Es ya el tercer año que realizo el taller y por el cuál, han pasado unos cuantos cientos de investigadores y profesionales de otros centros que han firmado el convenio conTECNALIA. Este año ha sido el último año que voy a impartir esta formación (al menos en la forma que está pensada), ya que considero que todas las pilulas tienen su fecha de caducidad y esta, a pesar de la participación tan exitosa que ha tenido, no es una excepción.
A pesar de ser esta la tercera edición, las preguntas, consultas y dudas que el sistema GTD produce, siguen girando en la misma dirección. L@s asistentes que se dan de bruces con la metodología por primera vez, suelen ejemplarizar su rechazo por lo desconocido en expresiones como;
“No puedo cerrar el correo o consultarlo en periodos acotados si quiero dar un buen servicio a mis jefe/clientes”
“Esto estaría bien, pero estaría mejor que mi empresa/organización tuviera una política acorde con ello”
“Todos estos principios y hábitos están muy bien, pero el día a día nos come y no tenemos tiempo para ello”
Etc, etc, etc…
Todas las frases anteriores se resumen gráficamente en una imagen que utilicé en esta última ppt y que creo que ejemplifica perfectamente el sentir de todas estas apelaciones y argumentaciones; la dificultad de querer abrazar un cambio.
Y este es el mayor problema que presenta la introducción a un sistema de productividad personal como GTD. No es fácil salir de nuestra “zona de confort”, para abrazar un sistema que tiene reglas y métodos diametralmente opuestos (usualmente) a los que tenemos pre-establecidos y utilizamos en el día a día de nuestra organización/empresa. Nos sentimos cómodos con nuestras rutinas (nuestra rueda cuadrada), a pesar de que echamos pestes continuamente del sistema, pensamos que alguien debería mejorarlo (pero nunca nosotros) y seguimos día a día en una espiral que raramente tiene un final que no involucre hastío, desmotivación y la tan famosa “procrastinación”.
Pero todo tiene solución, todo tiene un comienzo y un final, y a todo se le puede dar la vuelta, por difícil que nos parezca. GTD es una metodología de productividad personal que destaca por su fácil adaptación a cualquier entorno laboral y por dotar de una mayor visibilidad a la gestión de tareas que tenemos en nuestro día a día. Los resultados siempre acompañan a GTD, siempre que mantengamos un compromiso y unas rutinas determinadas. Pero claro, para cambiar, primero hay que querer cambiar.
Ánimo para tod@s!
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