Poca repercusión se le ha dado a un gesto, que demuestra más de lo que enseña.
Creo que el gesto despectivo hacia una muchedumbre que jalea, no deja de ser una falta de consideración, educación y respeto, por parte de una persona que pertenece a la historia de España (muy a pesar nuestro), pero no sólo a esa muchedumbre, sino a toda la nación al completo.
Este país tiene el dudoso honor de haber acumulado varios episodios oscuros en el siglo de las luces, pero realmente cuesta recordar en Europa, un presidente que haya hecho un gesto como ese (Italia tambíen tiene los suyo con Berlusconi, pero al menos no demuestra en público gestos de tal calibre).
Realmente este señor ha demostrado muy poca responsabilidad y menos aún personalidad, para aguantar el temporal. Que le digan que es un criminal de guerra, no debería sorprenderle, porque él es el último responsable de una decisión que costó la vida de soldados españoles, civiles iraquíes y sobre todo de civiles inocentes en la estación de tren de Atocha.
Ante tales pruebas, sólo se puede decir que es un cobarde.
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