Con motivo de la Learning Expedition que organizó la Team Academy Euskadi el año pasado a tierras finlandesas, pude ir unos días antes y hacer un poco de turismo por Helsinki y por la vecina Tallín. La capital Estonia que está al otro lado del Golfo de Finlandia, en el Mar báltico, tiene fama por ser una de las capitales europeas que conserva un casco histórico amurallado sin apenas desperfectos.
Lo que es el centro, no es demasiado grande, te sitúas rápidamente y todas las cosas que hay que ver están muy cerca las unas de las otras. Yo opté por escoger un "hostel" bastante céntrico y sorprendentemente barato (unos 10 euros la noche en una "private room"), que viniendo de la prohibitiva Finlandia me pareció casi un regalo.
También tengo que decir que en esta época del año (enero), poca gente creo que vaya de vacaciones allí y más con los 14 grados bajo cero que había en la calle. El "hostel" estaba casi vacío y aunque se veía movimiento por las calles a ciertas horas, no era gran cosa. Si que me comentaron que en estas fechas muchos rusos aprovechan a bajar a estas latitudes a hacer alguna escapada, pero claro es que ellos vienen de un país en el que hace mucho más frío...
Sólo estuve un fin de semana y tampoco puedo hacer un crónica fidedigna de lo que es la ciudad, pero sí que observe que es el típico país de la órbita soviética, que parece por momentos devorado por el nuevo capitalismo. Me sorprendió ver mega centros comerciales que parecía que había sido estrenados hace cuatro días, al lado de edificios originarios de la revolución industrial con ese típico aspecto de ladrillo rojo.
La verdad es que esto es la punta del iceberg, ya que en las afueras de la ciudad la situación debe ser muy diferente con barriadas llenas de gente sin recursos y con poca protección social. Algo que obviamente se aparta de los ojos del turista.
En lo que se refiere al centro histórico, la ciudad parece sacada de un cuento medieval. Levantado sobre un promontorio amurallado, las calles conservan ese adoquinado típico de épocas medievales y esas estrecheces y arcos de entrada a zonas más resguardadas. A todo esto, le acompañan bastantes iglesias y basílicas ortodoxas. Estas últimas me parecieron especialmente bonitas, ya que están bastante bien cuidadas y en el interior son muy simples y luminosas (en contraposición del barroquismo y la decoración recargada a que estamos acostumbrados con las iglesias católicas).
También suele haber bastantes "mercadillos variados", que animan al visitante a comprar desde un chocolate caliente hasta un gorro típico estonio que consiste en unos pompones larguísimos hasta el suelo, que se pueden recoger y utilizar de bufanda grande.
Otro de los encantos que tiene la ciudad de Tallin (sobre todo para los finlandeses) es como he comentado antes lo atractivo de sus precios. En el caso del alcohol, esto se convierte en un reclamo de lo más efectivo, ya que cuando tomé el barco me sorprendió la gran cantidad de gente que iba acompañada de carritos y demás aparejos. Todo cobró sentido cuando a la vuelta esos carros iban llenos de cerveza, vodka, whiskey y todo tipo de licores variados (además de varias borracheras buenas a bordo). No en vano esta ruta es conocida como el "Drunk Ship" y mucha gente aprovecha para "ir catando las compras".
Hay que aclarar que en Finlandia el alcohol de alta graduación sólo se vende en licorerías del gobierno y está sujeto a unas elevadas tasas. El índice de alcoholismo en el país nórdico es bastante elevado y por esto y por la cercanía de la capital finlandesa con la capital estonia (2 horas y poco en barco), la convierten en un destino atractivo, para la población finlandesa.
Curiosidades aparte, la verdad es que es un destino recomendable. Yo estuve en una época poco recomendable, porque aunque te abrigues, el frío y la luz te condiciona sobremanera a la hora de hacer planes. No puedes estar mucho tiempo seguido en la calle viendo cosas con 14 bajo cero y al final eso se nota, pero sin duda la ciudad ofrece muchas experiencias al visitante.
Como siempre os dejo algunas fotos en mi cuenta de Flickr.
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