El jueves pasado acudí a uno de los seminarios que está organizando la Facultad de Sociología de la UPV, con la colaboración de TECNALIA y que tienen como objetivo comprender la dimensión sociológica de "La Fábrica del Futuro". Los objetivos aquí pasan por debatir sobre el impacto y consecuencias sociales que tiene/puede tener el desarrollo de este concepto futurista, pero cada vez más cercano.
La ponencia a la que acudí, tenía el título de: "La Fábrica del Futuro: Retos desde el manejo de los intangibles y las competencias de las personas" y corría a cargo de Juanjo Goñi (TECNALIA). Anteriormente Manu Olariaga, también había participado en este foro.
Juanjo centró su exposición en torno a las necesidades formativas y el aprendizaje a lo largo de toda la vida que necesitarán los nuevos empleados de estas factorías. Estas y otras ideas son las que además centran el discurso de su último libro; "Mentefactura". Se incidió en la necesidad de que los futuros empleados tengan una mentalidad abierta al cambio y un espiritu de renovación intelectual constante, ya que el futuro del trabajo, pasa por la resolución de problemas. Todo el trabajo repetitivo puede ser sustituido por máquinas y ser automatizado. El cambio aquí, es pasar del trabajo por procesos al trabajo por proyectos (os suena Pekka Himanen, no?). Juanjo también incidió en la necesidad de que las empresas consigan atraer y retener talento, ya que los límites entre ellas mismas se desdibujan y los profesionales que hay en ellas asumen hoy en día varios roles, tanto dentro como fuera de las organizaciones. Incluso proponía 3 condicionantes para retener talento: Libertad de actuación, Posibilidad de aprendizaje continuo y Mejora constante del rendimiento.
- Flickr Dan Mason (cc)
Como bien se explico varias veces, los modelos jerárquicos no atraen el conocimiento. La flexibilidad, la libertad, la autocrítica y la mejora constante son algunos de los pilares de este nuevo modelo de organización. Al fín y al cabo, la complementariedad de conocimientos y de personas, son las que conforman los equipos de alto rendimiento, que acometen proyectos complejos e interdiciplinares.
Posteriormente se dió paso al debate, en el que se intentó abordar futuros escenarios de "La Fábrica del Futuro". Se incidió sobre todo en la capacidad de estas para crear nuevos sectores y contribuir a la cohesión social, la riqueza, el empleo y el bienestar, ya que si no podrían no tener sitio, en una sociedad cada vez más exigente socialmente. Lateralmente surgió el debate en torno a Fagor Electrodomésticos y su... ¿fracaso?
En esta parte se produjo un debate bastante interesante, en torno a "la mitificación de la innovación", ya que lo que ahora socialmente parece un fracaso, ha sido un éxito a todas luces y ha perdurado en el tiempo. El argumento que se exponía aquí es que la expectativa de vida de la mayoría de las compañías norteamericanas es de unos 10-15 años y FAGOR ha superado los 50 años. Sí, puede parecer poco, pero estamos tan acostumbrados "a que las empresas estén ahí", que se nos olvida que lo realmente raro de ver es a empresas tan longevas. De hecho, la expectativa de vida de las grandes empresas es de unos 40 años.
Por eso, ahora que el árbol se cae, se achaca a la menor inversión en I+D que se hacía frente a la de sus competidores o el fracaso de algunas de sus últimas innovaciones. Pero sin embargo, creo que las causas de este desenlace van más allá de estos razonamientos (además de sus decisiones estratégicas, sobre las cuales no estoy en situación de opinar) y se escapan a la lógica informativa de las últimas semanas.
El drama que se presenta a las familias afectadas no es fácil de digerir y seguro que dejará heridas graves que tardarán en curar. Pero creo que a pesar de todo, el modelo cooperativo es un buen modelo, que se merece otra oportunidad y que tiene un futuro diferente por construir.
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